sábado, 21 de febrero de 2009

La tos

La tos es una respuesta a la irritación de los nervios co­nocidos como receptores de la tos, que se hallan en las vías respiratorias superior e inferior. Los receptores de la tos se concentran especialmente dentro de la garganta y los puntos de ramificación más importantes de las vías respiratorias. También se encuentran en los senos, canales auditivos, tambores del oído, esófago, abdomen y revestimientos del corazón y pulmones.


Mecanismos de la tos


Estos receptores de la tos pueden irritarse mediante mecanismos múltiples, incluyendo medios mecánicos, como la presión; mediante la irritación causada por con­taminantes químicos presentes en el aire, tales como ozono o dióxido de sulfuro; o por la respuesta inflama­toria a los agentes causantes de alergias (alérgenos) o in­fecciones tales como un resfriado u otro virus.


Al ser estimulados estos receptores, se envía un men­saje al centro de la tos en el cerebro, que a su vez envía mensajes a los músculos del pecho, diafragma y pared abdominal para que se contraigan.


Este proceso inicia la tos. La tos es un reflejo que tam­bién puede producirse o inhibirse voluntariamente.


Actúa como el "perro guardián" de los pulmones, pro­tegiéndolos contra intrusos peligrosos o enemigos inter­nos que amenazan con enfermarlos.


Por consiguiente, la tos sirve para proteger nuestras vías respiratorias manteniéndolas despejadas para que podamos respirar.


Tiene buenos y malos efectos: si bien una tos ayuda a despejar las vías respiratorias de mucosidades, materias extrañas o sustancias nocivas, también puede propagar infecciones y ser incómoda.


Causas de la tos


La causa más común de la tos que dura una a dos se­manas es el resfrío común. Mientras que las más comu­nes de tos crónica son: goteo posnasal, asma y sinusitis, todo lo cual puede ser desencadenado por las alergias. Otras causas son: reflujo gastroesofágico, bronquitis cró­nica, reacciones a fármacos, bronquiectasia (tubos bron­quiales dañados o agrandados), infecciones, irritantes ambientales y causas psicosomáticas (debidas a la mente consciente o inconsciente). Entre las menos comunes se incluyen: fibrosis cística, tumores, neumonía, defectos congénitos, enfermedades cardíacas o inmunodeficien-cia, entre otras. Es común que exista más de una causa que la provocan. Si usted tiene una tos crónica, asegúre­se de consultar a su médico para determinar sus causas.


Tratamiento de la tos


Puesto que es un síntoma y no una enfermedad, la te­rapia satisfactoria depende de la terapia específica del trastorno subyacente. Por ejemplo, la tos debida al asma debe ser tratada con medicamentos antiasma. La tos pro­vocada por la sinusitis debe tratarse con antibióticos y la tos por rinitis alérgica, con antihistamínicos o aerosoles nasales de esteroides.


Cuando es causada por el reflujo gastroesofágico, mejora con el tratamiento del reflujo; en tanto, si es inducida por fármacos, se resuelve al dejar de administrarlos. Si la tos se debe a defectos congénitos, puede requerir cirugía. Cuando la tos la ocasionan irri­tantes ambientales, se trata mejor evitando o eliminando los irritantes. A veces, si no puede identificarse ninguna causa claramente, tratarla con medicamentos específicos puede servir como examen diagnóstico, si se resuelve la tos. En los adultos, los supresores narcóticos de la tos son un tratamiento temporal efectivo.


La mayoría de los preparados para la tos que se venden sin receta son combinaciones de supresores de la tos, los llamados expectorantes, descongestionan^o y antihista-mínicos. Las combinaciones diferentes tratan síntomas distintos, así es que lea las etiquetas detenidamente. Las pastillas sin receta con anestésicos locales pueden ayudar a los síntomas. Lo más importante es acudir a su médico si persiste la tos durante más de dos semanas.

jueves, 12 de febrero de 2009

La alergia

Conocida también como hipersensibilidad inmediata, la alergia se define como una sensibilidad anormal a una sustancia que, comúnmente, es tolerada y considerada no dañina.

Aunque todas las reacciones inmunológicas -es decir, de defensa- surgen de la exposición a sustancias extra­ñas, las alergias son reacciones inmunes desmesuradas que causan daño e inflamación, diferenciándose de la acción "protectora" que es conferida por las inmuniza­ciones o infecciones naturales.

Que es la alergia


Se estima que aproximadamente entre un 10 y un 15 por ciento de las personas padece algún tipo de enfer­medad alérgica, y existen evidencias que confirman el incremento de estas manifestaciones en todo el mundo.


Además, es importante señalar que las sustancias de­sencadenantes de una reacción alérgica pueden encon­trarse en ciertos alimentos o medicamentos, como tam­bién en sustancias que se hallan en el medio ambiente, tales como el polen, los ácaros, etc.